Paula Gómez Rosado
Di por qué desbordar no ha sido nunca deshacer los bordados. ¿Cuántas horas de oro, toneladas de tiempo luminoso hallaríamos
si todos los bordados de la historia menor
quedaran desbordados?
Aurora Luque
Hoy toca desbordar
todo lo que bordamos con manos hacendosas
muy diestras y sumisas,
sin distraer los ojos o elevar la cabeza
día a día,
tarde a tarde,
largas noches.
Hoy toca desbordar los límites impuestos,
saltar retos o vallas,
y asumir el volante del auto que nos lleva
tras salirnos del cauce.
Hoy toca desbordar,
salimos de los bordes:
nos ponemos al lado de quien a diario lucha
contra yugos inútiles, de quienes no transigen
otras imposiciones que su propio albedrío,
empujamos las puertas que encontramos cerradas
y pisamos el suelo firme que decidimos.
Diseñemos seguras el aquí y el ahora
incluso la estrategia
para administrar solas cada una su terreno.
Desbordemos canales por donde van los sueños,
desbordemos los ríos y que nos corra el agua
hasta soltar la esencia,
hasta inundar las calles ,
hasta arrancar raíces
de todo lo que sobra, lo que maltrata o hiere.
Desbordemos manteles, cortinas o cojines
desbordemos camisas y sábanas y bragas
y todo lo bordado, hasta quedar desnudas las vidas, desbordadas frente a un espejo cómplice.